Que rudos y que ásperos los contornos de la última nube.
Golpeó mis alas con tremenda brutalidad. Como decidiendo
mi lugar en el cielo.
De pronto, el sol no aparece.
Hay dos clases de miedo. El que sientes y no sabes porque,
y el miedo a saber que ya no hay temor a nada.
Los inmorales dicen que no es momento de amor,
No es temporada de arrumaco. Y yo quiero tenerte a mí
lado, y mal gastar mi boca…
Los elegidos han tomado por sorpresa. La voluntad
está gacha y temblorosa. No hay pa´el vino ni pa´la cuarta
de serrano.
Todos miran desconfiados.
Tal parece que se ha equivocado La Paloma…
la flor, y toda la maceta.
¡Pero que descaro! ¡Atreverse a posar la mariposa!
¡No se desentona con la pena y la tragedia!
¡Eso es de insensatos!
¿Pues que coños se le va a hacer?
Si ante la piel no se escuchan los tropiezos
de una débil y mal aconsejada oreja.
La mano simplemente se apodera del
resto. Lo que haga mi nariz pegada
a tu espalda es cosa de ella.
Y esos húmedos besables , no han de ser desamparados.
Soportable y eso a medias, ya por la
distancia, ya por las tendencias,
pero al párpado cerrado no hay problema
de renta con semejante imaginación mía.
Hoy todo se vuelca en pesimismo. No hay perdón
para los aperdonadores. Lo fatal está de moda.
Ve tu a saber con que lengua recorres
la piel de una prestada. Que gustos los tuyos
de coleccionar bostezos.
Es invierno en el resto de la gente.
En el jardín se aparean
se muerden y se tuercen
se reconocen…
seguramente se ha equivocado La Paloma
la flor y toda la maceta.
Escrito por Erika Molina Prado
aveces me pierdo en tus escrito.. en el sentido bello de la palabra perdido.. me amarran y mucho
ResponderEliminarun gusto siempre visitarte y leerte sobre todo
saludos fraternos
con mucho cariño
un abrazo inmenso
besos
Supongo que ese es el objetivo, que nos perdamos mientras los leemos.
ResponderEliminarMuchas gracias por leer, a los dos. Adolfo y Francisco Javier...
ResponderEliminarMi cariño para ustedes.