jueves, 23 de julio de 2009

L E A L T A D

Léase con profunda devoción.
Con ganas de arrancarse los ojos.
Porque las filias
merecen todo mi respeto, y
porque soy de todos conocida
como la perra más brava
cuando se trata de ir a la defensa
por un amigo.


Por supuesto,
no estamos discutiendo si
éste tiene la razón.
Eso es asunto de la moral.


Cuando se habita en la oscuridad,
se asecha desde lo profundo.
Para la mayoría de los depredadores
resulta aburrido saltar por saltar.
Que tampoco está uno para
perseguir sanguijuelas.
Por muy hambriento,
se puede esperar.


De aquellas historias,
todavía veo las cicatrices
en los que la mordida fue circunstancial.


Hoy no ha cambiado nada.
Los argumentos son los mismos.
No existe un patrón específico,
pero reconozco lo mediocre,
de un proceso mental.




No se trata de “parlotiar”.


Una discusión es
una oportunidad decente
para practicar. Derribar argumentos.
Fortalecerlos.


Fustigar imposturas, es
lo que más disfruto.
Con ello me devuelvo a la fe
por la humanidad. Porque
he visto la honestidad del que
practica la búsqueda de la verdad.




Yo respeto a los auténticos,
a los convencidos por lo que deben luchar.


Desprecio terriblemente a los ambiguos.
Los potencialmente divisibles.
Los debiluchos colgados de los huevos ajenos.
Los parásitos analfabetas y todo aquello
que abra la boca sin pensar.


Cuando la nariz me revela sangre fresca,
apuntalo mis fauces. No debajo de las orejas,
no detrás de las mejillas.
Dentro de las debilidades,
las malformaciones mentales y
toda esa mierdecilla.

3 comentarios:

  1. Tienen una fuerza extraordinaria tu poema.. me gusto muchísimo..


    Saludos fraternos
    un abrazo
    Que pases un buen fin de semana

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  2. Te dejo un cordial saludo desde marte.

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  3. Muchas gracias, Adolfo, gracias Humanoide. Les mando besos y un fuerte Abrazo!

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