viernes, 17 de julio de 2009

INFIERNO

Todos somos santos.

¡ Mentira!.

Porque estar podrido
es estar percibiendo el olor a mierda
aún rodeado de exquisita fragancia.

En el mundo de la demencia
no existe la paz. Pero nadie protesta
porque a nadie le interesa.


Comenzamos
por detener el apetito un tiempo,
el necesario para que se confíe
la presa.
Pero en un descuido le arrancamos la cabeza.


Somos caricia, de espina veneno, muñequita perversa.

No confíes en mí.
En las horas bajas
voy a teñir de rojo mi lengua.
Te voy a lanzar por los aires y
no voy a darte oportunidad
de que permanezcas.

Si puedes, huir…hazlo.


Porque llegada la calma,
no vale recurrir al remordimiento.


No existe.

Esto, no es cosa de humanos.

El mundo de los malditos
está repleto de insatisfechos,

Suicidas plásticos, perras pudorosas,
machos incompletos, putas y viciosas,
frígidas constipadas, matriarcas,
patriarcas, carroñeros y castrados.




Pero todos sabemos, que

para nuestra desgracia…
después de que se consuman nuestros cuerpos…
seguimos siendo INMORTALES.

No hay comentarios:

Publicar un comentario